¿Quién ha dicho que la clave está en las palabras?

SOY CAMPEÓN DEL MUNDO DE DECATHLON

Posted in Uncategorized by nachoenfuga on 12/04/2018

No me gusta presumir de mis logros deportivos, pero creo que esta vez, debido a su extraordinaria relevancia, debo hacer pública mi reciente VICTORIA EN EL CAMPEONATO DEL MUNDO DE DECATHLON. Igual que hacen otros atletas, incluso en pruebas menores en importancia y tras conseguir marcas y puestos mucho más modestos, dejo aquí la crónica de mi gesta.

En primer lugar debo decir que, a pesar de que el decathlon es una prueba combinada compuesta de diez pruebas, yo solamente participé en la última modalidad, los 1,500 lisos aunque, como veremos luego, con alguna variación que quedará convenientemente justificada.

A continuación, paso a relatar en los diez pasos previsibles, los detalles más importantes de mi hazaña:

100 METROS LISOS: Prueba no relizada, por convalidación previa. ¿Quién no ha corrido nunca una distancia tan corta? Simplemente en el calentamiento de cualquier otra se repite esa distancia multitud de veces. Aún así, argumenté al equipo de jueces mi doble participación, hace 18 y 19 años en sendas pruebas de 100 km, y convinimos conjuntamente que, en caso de reclamación, bastaría con quitar la k de km. en uno de los diplomas obtenidos para demostrar la justicia de la convalidación.

SALTO DE LONGITUD: Prueba no realizada, por convalidación previa. Mi nacimiento en una zona costera y la gran afición de mi familia por la playa nos puede ayudar a imaginar los miles y miles de saltos realizados sobre la arena durante mi infancia, así como los botellones en la adolescencia que terminaban muchas veces en saltos y demás piruetas realizados bajo los efectos del alcohol.

LANZAMIENTO DE PESO: Prueba no realizada, por convalidación previa. ¿Saben lo que es una «hurria»? en Cantabria se llamaban así a las batallas a pedradas que los niños desarrollaban no antes de conocer tablets o móviles, sino máquinas de marcianitos. Mi participación en varias hurrias, algunas con resultado de lesión, me eximen de una prueba cuyos rudimentos técnicos son similares a las de dichas batallas callejeras infantiles.

SALTO DE ALTURA: Prueba no realizada, por convalidación previa. El hecho de haberme criado en una ciudad lluviosa dificultaba en ocasiones la realización de las clases de Educación Física en el colegio, aunque el profesor de la asignatura decía disponer de recursos suficientes para salvar dicha contingencia. Decía tener varios recursos pero sólo utilizaba uno: sacar «la colchoneta gorda» y ponernos a hacer salto de altura. A pesar de que la disciplina no me gustaba, acumulo más saltos que todos los atletas nórdicos y cubanos de los años 80 y 90, así que la convalidación está más que justificada.

400 METROS LISOS: Previo acuerdo con el comité de jueces, convinimos en considerar esta prueba como un parcial de la de 1500m. aceptando por mi parte la realización de una paradinha a mi paso por dicha marca en la prueba mayor para poder así tomar tiempo intermedio.

110 METROS VALLAS: Prueba no realizada, por convalidación previa. Una vez más y siempre en continuo diálogo con los jueces, coincidimos en que bastantes obstáculos nos pone ya la vida como para incluirlos en el maravilloso mundo del atletismo. Una breve enumeración de algunas «vallas personales» que he tenido que ir saltando a lo largo de mi vida sirvieron para acordar unánimemente la convalidación correspondiente.

LANZAMIENTO DE DISCO: Prueba no realizada, por exención previa. Mi argumento de que me era imposible realizar la prueba, ya que en los años 80 mi economía no era tan boyante como para comprar vinilos con los que entrenar y que debía conformarme con piratear los originales en cassettes, fue escuchada y se me consideró exento.

SALTO CON PÉRTIGA: Prueba no realizada por objección de conciencia. Aduciendo dobles motivos de conciencia, quedé liberado de su realización. Por un lado, aduje la turbación que me producía ver a Sergei Bubka batiendo sucesivamente el récord del mundo de la especialidad centímetro a centímetro y meeting a meeting, en una repugnante demostración de acumulación capitalista con las sucesivas recompensas económicas conseguidas. Por otro lado, la visión de su homóloga femenina Yelena Isinbayeba saltando con pértiga, me generaba aún más turbación.

LANZAMIENTO DE JABALINA: Prueba no realizada por…  ver prueba anterior. Estarán de acuerdo conmigo en que, al fin y al cabo, una jabalina es como una pértiga pequeña, así que los motivos de conciencia esgrimidos para la prueba anterior también pueden aducirse en este caso. Todo ello por no hablar del evidente riesgo que supone para los jueces un posible ensartamiento con la jabalina a la hora de hacer las mediciones del lanzador anterior. Más vale prevenir…

1.500 METROS LISOS: Prueba realizada con variaciones. Para la realización de esta prueba se acordó con los organizadores del campeonato la no obligatoriedad de presentarse en la pista del estadio olímpico donde se estaba celebrando el Mundial, permitiendo su realización en otro escenario propuesto por mí previamente. La prueba se celebró el pasado mes de septiembre en Cerezo de Río Tirón, Burgos.

El hecho de que la prueba de 1500 lisos se realizase en condiciones diferentes a las que contempla el reglamento de la IAAF (15 kms en terrenos de montaña) no fue motivo de duda para los jueces a la hora de homologar las marcas obtenidas ni la victoria final ya que como recogen en su informe final, «engrandece aún más los logros del esforzado atleta el hecho de que ni las condiciones de la pista, ni la distancia, ni el resto de apartados que figuran en la reglamentación vigente se hayan cumplido, puesto que consideramos que no son exigibles a Ignacio Ibarra Cebrecos, en quien concurren circunstancias extraordinarias que le otorgan un status diferente al del resto de los atletas».

 

Por último, y temiendo que la envidia, la desconfianza o el simple gusto por polemizar puedan llevar a alguien a dudar de mi hazaña, adjunto pruebas gráficas que atestiguan todo lo dicho hasta aquí.

A saber:

– foto en el podium. No dispongo de documentación sonora del momento de los himnos, ni de imágenes cercanas de mi rostro, pero puedo asegurar que lloré como una magdalena a los sones del «Me pica un huevo» de Siniestro Total.

– vale de comida gratis en el escenario de la prueba por mi victoria. A quienes argumenten que «ese vale se lo daban a todos los participantes» les diré que sí, que es cierto. Sin embargo, también es cierto que la única gamba que contenía la paella fue para mí en mi condición de ganador. Para demostrarlo, podemos concertar una cita para que podáis oler mis dedos que todavía huelen a marisco después de no haberme lavado las manos desde entonces.

-Diploma acreditativo de mi victoria, con mi nombre y apellidos y el de la prueba conquistada.

 

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Biblioterrorismo.

Posted in Uncategorized by nachoenfuga on 17/02/2018

Encapuchados. La cámara de videovigilancia dejaba ver a seis encapuchados vestidos de negro que irrumpieron en la madrugada del  viernes en la Biblioteca Miguel de Cervantes en Burgos y, que una vez dentro, procedieron a «subvertir el orden de los libros en un acto de justicia social y literaria» según reflejaron en el «Manifiesto por un nuevo orden» que dejaron tras su marcha pegado en la puerta principal del edificio.

Las autoridades, encabezadas por el Concejal de Cultura de Burgos han calificado el hecho de bilioterrorismo y aseguran que se revertirá la situación con la mayor diligencia posible pero, al mismo tiempo, han surgido voces discrepantes que inspiradas por el manifiesto apoyan la nueva disposición de los libros así como los motivos para el cambio.

A las nueve de la mañana del viernes, cuando los bibliotecarios llegaron a sus puestos de trabajo, no percibieron ningún cambio notable hasta que uno de ellos comenzó a colocar de nuevo en los estantes los libros que los usuarios habían depositado horas antes en el Buzón de devolución de préstamo. El citado funcionario que según sus palabras «ya coloca los libros de memoria», ha sido el primero en comprobar cómo los libros estaban cambiados de posición y quien dio la voz de alarma a sus compañeros. Posteriormente, diversas sencillas comprobaciones les ha hecho llegar a la conclusión de que los libros seguían ordenados según marcan las reglas… salvo en un apartado.

Aquellos ejemplares que hasta hace dos días ocupaban las baldas más próximas al suelo quedaban ahora a la altura de los ojos de quien recorría las estanterías mientras que los estantes más bajos eran ahora para los volúmenes que antes se aprovechaban de una posición privilegiada y que eran objeto de gran cantidad de préstamos, no siempre debido a su calidad sino también gracias a su visibilidad.

Y es que ese era el objetivo de los activistas encapuchados. Como reflejaban en el manifiesto, pretendían «sacar del prácticamente subsuelo unas cantidades ingentes de saber, de arte y de potencial placer para los lectores,  condenadas por un capricho alfabético y mobiliario a partes iguales, al olvido y a la invisibilidad».

En el último día y medio, se ha podido comprobar la inusitada repercusión social de la acción perpetrada , hasta el punto de que no hay un tema de conversación diferente entre los vecinos y los visitantes que este fin de semana disfrutan de las fiestas en honor al santo que da nombre al barrio.

El debate ha llegado incluso ha condicionar el desarrollo del programa de fiestas y a colarse en los diferentes actos públicos programados. Ayer mismo, durante la verbena, una de las integrantes de la orquesta contratada interrumpió su actuación para posicionarse a favor de los postulados del manifiesto al grito de ¡Contra la tiranía del alfabeto, rotación! ¡Ningún libro condenado a vivir arrastrado indefinidamente! Muchos de los presentes, botellín en mano, secundaron el alegato de la cantante con un sonoro ¡»ro-ta-ción, ro-ta-ción»!, al tiempo que otros, con notorio disgusto permanecían en silencio o intentaban acallar la reivindicación.

Entre el público se encontraba uno de los voluntarios que el Consejo de Barrio había reclutado para colaborar en el tradicional reparto gratuito de cecina cocida que, sin quererlo, se había convertido en  portavoz vecinal de los que defendían la distribución tradicional e inamovible de los fondos de la biblioteca. Aducía este portavoz que autores y títulos que en esta biblioteca «padecen» una localización desventajosa, en otras instalaciones no ocuparían el mismo lugar, con lo que la situación  quedaba igualada. Achacaba al grupo de activistas y al movimiento social que había desencadenado, su estrechez de miras «al pensar sólo localmente y no globalmente».

Y por supuesto, como en cualquier asunto de controversia, aparecieron los opinadores equidistantes: aquellos que no veían menor problema en el orden de los fondos y que sólo encontraban inconveniente el hecho de que «los habitantes de cada distrito de la ciudad tuviera conocimientos y gustos literarios diferentes, en función de la situación de cada libro en las estanterías de la biblioteca de su zona». Para apoyar su tesis, mantenían que su teoría explicaría por ejemplo la razón por la que los habitantes del pueblo que protagonizan Amanece que no es poco, la película de José Luis Cuerda, profesasen «auténtica devoción por Faulkner». Sin duda ninguna, debido a la idónea situación de la obra del escritor estadounidense en la biblioteca local.

 

La vida de vez en cuando.

Posted in Uncategorized by nachoenfuga on 30/10/2017

De vez en cuando la vida nos besa en la boca y a colores se despliega como un atlas. Esto es lo que empieza contando la canción que felizmente me lleva rondando un par de días la cabeza.

Son los dos mismos días en los que amanece una hora antes para darnos una falsa esperanza y los que a eso de las seis de la tarde se cobran su venganza a golpe de oscuridad. Esos dos mismos días en los que bajo al trastero el calzado de verano, cuelgo de las perchas la ropa de invierno y, en esa tarea, intento dejar en suspenso mi heliofilia hasta marzo al menos.

Esta vez han coincidido estos dos recurrentes días con otros puntuales y novedosos en los que aprendo a hacer raíces cuadradas con más tres décadas de retraso y en los que la enfermera de mi centro de salud me cita para celebrar como ella solo sabe mi recientemente cumplida nueva década.

Y tu, Carles, dicen que te nos has marchado a Bruselas. Nosotros nos quedamos aquí. Como termina la canción, chupando un palo sentados sobre una calabaza.

 

 

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Ni la Naturaleza es maravillosa, ni hostias. Manifiesto ecológico indignado.

Posted in Uncategorized by nachoenfuga on 19/05/2017

Ni la Naturaleza es maravillosa, ni hostias.

Lo que llamáis Naturaleza no es una maravilla. Es equilibrio. Equilibrio a golpe de lentísima evolución.

La mayor parte de las veces, evolución cruda, drástica, implacable y casi nunca poética. Si alguno de los procesos o resultados de esa evolución os emociona (conmigo lo consiguen), es asunto vuestro. No se ha planteado como un espectáculo para que lo podáis gozar, si bien es cierto que cada uno se estremece como quiere.

No incluyáis a la ecología en la pléyade de falsos dioses (valga la redundancia entre los términos «falso» y «dios») que consuelan y atormentan a parte de las sociedades actuales. Se trata sólo de fenómenos físicos, químicos, geológicos y biológicos en los que hundimos continuamente nuestras zarpas y, en ocasiones, sobre los que también restregamos cerebro y corazón. Restriegue lícito, comprensible y en fin, humano, sobre unos fenómenos que en sí mismos y sin necesitar nuestra intervención, ni juicio, ni consideración estética, son. Son y actúan. Independientemente de que nosotros mismos los miremos o no, respetemos o no, entendamos o no, nos beneficien o no.

Pero no por favor, sino por la cuenta que nos trae, independientemente de emociones o cuestiones más prosaicas, sean las que sean, dejad de joder dicho equilibrio, no sea que la siguiente lagrimita emotiva la echemos por nosotros, cada uno por si mismo, que no estará el cotarro como para pensar en el prójimo cuando estemos a punto de extinguirnos y el equilibrio a punto de empezar a restablecerse.

 

 

 

Este manifiesto surge a partir del vídeo que se ha hecho casi viral desde hace meses, antes en inglés y ahora subtitulado en castellano que enlazo aquí: Cómo los lobos son capaces de cambiar el curso del río.

Insectívoro estacional.

Posted in Uncategorized by nachoenfuga on 18/07/2014

Llevo una dieta… del montón. Supongo que no será un ejemplo de equilibrio, medida y variedad, pero ni mucho menos se parece a la de una modelo emergente ni a la de un tópico sedentario y obseso televidente norteamericano.

A veces, en esta época veraniega, tomo complementos. Complementos proteínicos. Pero los tomo involuntariamente, sin querer hacerlo. Y no los tomo en la mesa, sentado, con cubiertos. Tampoco en estado líquido o semilíquido, de un bidón. Y en cantidades variables: unos días nada, otros casi nada y, rara e involuntariamente (vuelvo a repetir) en cantidades excesivas para mi gusto.

Lo tomo corriendo, durante el entrenamiento. Pero no lo llevo conmigo, me lo encuentro en el camino. Y no me detengo un momento  para asimilarlo (saborearlo sería demasiado) o para acompañarlo con agua. Es más: en ocasiones intento sacarlo de mi boca una vez que ha entrado, pero un par de toses no siempre es suficiente y acabo tragándolo.

Hoy casi se produce un cambio en la naturaleza del complemento proteínico. Lo que normalmente es proteína a base de pequeños dípteros, hoy ha estado a punto de  cambiar: esta vez ha sido un lepidóptero que me ha golpeado en los labios y casi consigue franquearlos. Pero era demasiado: demasiado grande y demasiado seco, me ha querido parecer.

Vamos, que corriendo (o pedaleando) te comes algún insecto de vez en cuando. Como en la vida.

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Follamigas

Posted in Uncategorized by nachoenfuga on 04/04/2014

Desde hace años, tengo dos amigas. Dos amigas cuya relación con ellas no es propia o únicamente de amistad. Por supuesto, es cierto que prima cierta confianza, pero también lo es que existe un grado notable de conveniencia interesada por todas las partes. Ellas me dan lo que necesito y yo, a cambio, alimento su naturaleza y razón de ser. Vulgar, pero también gráfica y certeramente hablando, podríamos referirnos a ellas con el conocido término de follamigas.

Son diferentes entre sí, mucho, igual que el trato que me dan y que de mí reciben.

Una es la relación «fija», aunque llevemos juntos menos tiempo. Se parece poco a mí pues es creativa, moderna y, digamos, un poco virtual. La verdad es que hablamos poco, aunque a cambio tiene mecanismos para ofrecerme multitud de datos por otras vías.

Dicen los demás de ella que es pegajosa en sus relaciones y que cuesta mucho abandonarla, igual que otros más dudan de su fiabilidad. Sin embargo, yo nunca he tenido ninguno de esos problemas con ella, al menos hasta hace un par de días.

La otra, con quien mantengo una relación continua también, es de otro carácter. Tras muchos años de relación  no hemos sufrido altibajos ni descalabros notables. Una perfecta línea horizontal podría ser la representación gráfica de nuestra evolución como pareja. Ofrece, frente a la creatividad, la inercia bien entendida, frente a la modernidad, un clasicismo no rancio ni atrofiado.

Quizá esa dualidad ha marcado mi imagen de cada una. La una es una cantante de jazz, la otra una deportista. Un jazz nuevo, fusionado, blanco, ecléctico. Una atleta metódica, regular, no brillante pero sí fiable.

No sé muy bien porqué, o sí lo sé, he decidido no prolongar más una situación si no anómala, al menos difícil de llevar. He decidido no dividir mis esfuerzos y, lo sé y lo asumo, tampoco mis placeres basados en la diversidad y en el cambio.

Sabiendo de antemano que el proceso no sería fácil, he iniciado conmigo mismo y con las dos concernidas el proceso de «simplifcación». Lo llamo así, simplificación, un término aséptico desenganchado de connotaciones emocionales, para no hacerlo aún más difícil. En esa línea de frialdad, de distanciamiento, he comenzado a actuar.

En principio, una de ellas había sido elegida para perpetuarse o al menos prolongarse en mi vida pero, cuando mis maniobras han sido descubiertas por la damnificada, la reacción de esta última ha superado lo previsible. A demanda suya he tenido que exponer prolijamente, más de lo que hubiera deseado, mis intenciones y, sobre todo, mis motivos para hacerlo.

No me creía especialmente importante para ella (realmente le he dado muy poco) pero me he dado cuenta rápidamente de mi error, a juzgar por su contraataque: vestida de azul intenso, elegante pero con maneras resueltas, enarbolando razones de toda índole y poniéndose en comparación con su competidora, ha logrado envolverme. No sólo me ha hecho detener mis intenciones hacia ella, sino que ha logrado dar la vuelta a la situación y convencerme de que ella debería ser mi única compañera. Una victoria más en su carrera deportiva.

Pero sólo unas pocas horas ha durado mi reciente cambio de decisión. Las mismas pocas que ha tradado la cantante de jazz en subirse al escenario y agarrando el micrófono, vestido largo naranja, susurrar a veces y gritar otras todo un recital de «quédate conmigo» y «el cielo será nuestro».

Sensible a la música y a la letra, he salido del improvisado concierto seguro de que mi primera intención era la que valía y me he ido a la cama, solo, confiado de haber sabido rectificar a tiempo de mi primera rectificación.

Pero las noches son las noches y las mañanas sus finales. Recién levantado, me entero de que la atleta había decidido hacer la carrera de su vida… y que yo iba a ser su rival. Telefónicamente tomó la salida y, de paso, las riendas de la carrera. Yo al otro lado la seguía a duras penas. La imaginé otra vez de azul intenso, pero esta vez el color procedía de unas mallas y una camiseta brillante y pegada al cuerpo. El azul lo interrumpía sólo la letra M de su inicial, serigrafíada con formas redondeadas y aerodinámicas en un verde no menos eléctrico que el fondo. Era la vestimenta de alguien que no venía a pasearse y que estaba dispuesta a darlo todo. En los primeros kilómetros de conversación llegó a ponerse incluso agresiva: hacía asomar los codos si intentaba ponerme a su altura y en ningún momento se dejó sobrepasar siquiera unos centímetros. Yo seguía sus argumentos casi acobardado, a la defensiva. Con seguir su ritmo a duras penas me bastaba.

A mitad de carrera vislumbré una pequeña situación de igualdad y me atreví a discutirla su posición, aunque sabía que debía hacerlo guardándome en parte las espaldas pensando en el final. Y en ese final, no sé si valiente o deseperadamente, decidí tomar la iniciativa y pegar un acelerón definitivo. Un «vale, yo tiro ahora a suerte o a muerte y a ver que me respondes». Y la solvencia fue su respuesta. La que le era propia y le sirvió para ganar.

Al menos, no hizo sangre de mi derrota. Todo lo contrario. Ella ganó, pero a mi la dura competencia me llevó a batir mi mejor marca. Los dos contentos.

Ahora, tras la ardua batalla a tres bandas, las dos patas que quedan unidas de la banqueta que se rompió, estamos esperando hacer efectivos nuestras nuevas condiciones y acuerdos. Sólo algunos mensajes enviados desde un Club de Jazz interfieren estos días de incipiente y no formalizada nueva relación. Sé que esos mensajes no tienen la menor capacidad de causar el efecto que pretenden pues, acertada o equivocadamente, la decisión está tomada: entre pasar la línea móvil a Jazztel o la fija a Movistar y de cualquiera de las dos fórmulas unificar mi tarifa, elijo la segunda.