COMBATE DESIGUAL
Pintura de dedos en manos de niños, reparto de castañas, haikus, percusión, arte y botánica. Estas son las armas contra el ladrillo, la ocupación privada del espacio público, el gusto por urbanizar al máximo lo menos urbanizado, los munícipes más grises que verdes.
¿No parece un combate desigual?
Un perro y una flauta* no son suficiente oposición a todo un eficaz y sólido tinglado sociopolíticoeconómicoempresarial. Aunque pases una mañana de domingo divertida y diferente.
*Ahora entiendo los «preocupas» de alguno. Y no pongo el emoticono que guiña el ojo por no romper un principio.
¿Quién ha dicho que la clave está en las palabras? 
¿Dónde fue la mañana?
Seguro que no fue suficiente pero sí importante.
Qué sería de nosotros sin los perroflautas, que nos recuerdan de vez en cuando que otra vida es posible…
🙂
En el Parque de la Isla, cómo no.
Y sí que fue importante. Por lo menos para el espíritu.
Ahhhh! Qué bonito y que ideal. Los señores del ladrillo tiemblan ante el dulce sonar de la flauta y el tierno ladrido del perro. Si le unimos alguna mirada tierna e inocente del niño de turno, les veremos correr a reunirse para establecer las bases de un nuevo mercardo sostenible, donde no importe ganar dinero, sino mantener y mejorar a la Madre Tierra y sus habitantes. ¿ O lo soñé?
Estaría de puta madre si el perroflautismo empujase desde un lado y una oposición (real), social (real) y política (real) empujasen desde el otro.
Pero ya sabemos…
Si jo l’estiro fort per aquí
i tu l’estires fort per allà,
segur que tomba, tomba, tomba,
i ens podrem alliberar.
Però, Siset, fa molt temps ja,
les mans se’m van escorxant,
i quan la força se me’n va
ella és més ampla i més gran.
Ben cert sé que està podrida
però és que, Siset, pesa tant,
que a cops la força m’oblida.
Torna’m a dir el teu cant:
Sí. Estaría de puta madre. Pero, realmente todos sabemos que los que nos manejan el cotarro son de madre puta.
La canción la tengo de politono. Si quieres te mando el archivo
Si, perroflautas por un lado y el resto por el otro. Por temas de olores y eso. No le pillo la gracia a los perroflautas, ya lo siento, llamadme asimilado.
Haya paz. Cuando se habla de perroflautas hablamos (inapropiadamente, lo sé) no de la «tribu urbana» sino de hippismo, flower power, buenrrollismo, utopía, asamblearismo (no sé si existe la palabra), movimiento ciudadano no alineado con unas siglas políticas, ecologismo, activismo, etc, etc, etc. No sé. Una mezcla de todo eso sin ser nada de eso.
Cuando hablo de empujar unos por un lado y otros por otro quiero decir que me parece cojonuda la componente reivindicativa y participativa pero, además, ha de verse acompañada de «tiburones» que se codeen en igualdad de condiciones con los tiburones de la corbata, la santa madre empresa y el Real Decreto.
Y a mí tampoco me mola el perroflautismo en el sentido «etimológico» de la palabra.